INTRODUCCIÓN
La representación del cuerpo humano en la historia del arte ha ido evolucionando según los ideales estéticos y culturales de cada época. Desde los primeros desarrollos anatómicos en la educación primaria, los niños comienzan a cuestionar la forma en que perciben y expresan su propia figura. En este proceso, el arte no solo permite plasmar el cuerpo humano, sino que también fomenta el desarrollo de la capacidad autocrítica y una mayor expresión personal.
A lo largo del tiempo, distintos cánones han definido la representación del cuerpo humano. En el arte románico, las figuras eran alargadas, mientras que en las culturas primitivas la mujer se representaba con formas curvas, destacando atributos relacionados con la fertilidad como los pechos.
Un claro ejemplo es la famosa estatua de la Venus de Willendorf.
Con la llegada de artistas como Picasso, la precisión anatómica cedió paso a la expresión y la interpretación subjetiva.
Hoy en día, los estándares estéticos han cambiado radicalmente, promoviendo imágenes de cuerpos extremadamente estilizados que contrastan con representaciones pasadas. Sin embargo, para representar el cuerpo con fidelidad y expresividad, es fundamental conocer su estructura, entender sus volúmenes, tensiones y articulaciones. Solo así se puede lograr una representación más auténtica y consciente del ser humano.
REPRESENTACIÓN ESQUEMÁTICA DE LA FIGURA HUMANA
En la clase práctica de hoy utilizamos el canon de ocho cabezas utilizado en la Grecia Clásica como guía para representar el cuerpo humano.
Con un folio A3 en posición horizontal, trazamos una línea por la mitad y dividimos la mitad izquierda en ocho partes iguales, donde posteriormente cada uno intentó calcar la figura humana de frente y de perfil, siguiendo las pautas que nos iba indicando el profesor.
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| Fuente: Elaboración propia. |
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| Fuente: Elaboración propia. |
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| Fuente: Elaboración propia. |
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| Fuente: Elaboración propia. |




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